EL LENGUAJE CORPORIZADO

Santiago Villaseñor

Facultad de Psicología, UNAM

Julio 2021

Ver un Mundo en un grano de arena
y un Cielo en una flor silvestre;
sostener el Infinito en la palma de tu mano
y la Eternidad en una hora.”
William Blake

El Lenguaje Corporizado

lenguaje y cognición corporizada

Significados

Desde la perspectiva corporizada (corporeizada) de la cognición, el lenguaje está íntimamente formado por todos los aspectos corporales de nuestro ser en el mundo: lo perceptual, lo motriz y lo afectivo. Así, a través de las interacciones físicas con el entorno, con las cosas y los eventos; y de las interacciones interpersonales, surgen los conceptos y los significados (Johnson, 2018). El significado se corporiza solo después de haber tenido experiencias que caracterizan al contenido lingüístico en el mundo. Sin embargo, cuando los estímulos perceptuales, motrices, afectivos y sociales originales no están presentes contextualmente, la experiencia de ellos se recrea a través de la activación de estructuras neuronales. Es decir, las representaciones del significado son inherentemente modales por naturaleza, porque el significado se basa en la forma en que nuestros cuerpos interactúan con el entorno (Kerkhofs y Haselager, 2006). Esta idea sobre las representaciones modales se detalla a continuación.

Símbolos perceptuales y simulaciones multimodales

Lawrence Barsalou (1999, 2003) propuso la idea de que los símbolos perceptuales que formamos para varios objetos (como una silla) se basan en las experiencias sensorio-motoras que brindan dichos objetos. Por tal motivo, los mismos procesos involucrados en nuestra interacción con tales objetos se activan cuando razonamos, comprendemos y hablamos sobre los mismos. Así, el acto de concebir y comprender (por ejemplo, una silla) consiste en un proceso de simulación (sensorial, motora, afectiva y social) de posibles experiencias con sillas. Estas simulaciones involucrarán múltiples modalidades (visual, táctil, auditiva y propioceptiva), en tanto que nuestras interacciones con las sillas lo sean (Johnson 2018).

La investigación entorno a la simulación perceptual proporciona evidencia de que las personas simulan la experiencia de “estar ahí” cuando piensan en situaciones (Barsalou, 2002 en Kerkhofs & Haselager, 2006). Además, se sostiene que la cognición surge de las interacciones entre los procesos cognitivos y los dominios que los fundamentan: las modalidades, el cuerpo y el entorno físico y social (Barsalou, 2020). El lenguaje tiene un carácter multimodal y, ante la ausencia de lo que nombra el lenguaje, las simulaciones perceptuales también lo tienen.

wittgenstein y lenguaje corporizado

Tomando en cuenta los planteamientos anteriores sobre el lenguaje, corresponde introducir las ideas del filósofo Ludwig Wittgenstein, quien parece haberse aproximado a esta noción central del lenguaje corporizado y compartir puntos de vista similares con la cognición corporizada (corporeizada). Primeramente, Wittgenstein coincide en la idea de que la cognición no existe sin un contexto, y que el lenguaje es una forma de acción (Gallese, 2009 en Cimatti, 2020). Esta última, es la que se abordará como punto principal en las siguientes líneas.

comunicar y pensar

Generalmente, el lenguaje es considerado como un fenómeno expresivo, como un vehículo externo útil para comunicar fuera de la mente los pensamientos internos. Otra concepción considera al lenguaje como un dispositivo cognitivo interno, es decir, como un medio para pensar más que para comunicarse. Ambos puntos de vista son adecuados, no obstante, ambos subestiman el papel central, para Wittgenstein, del lenguaje como la forma de vida específica de la especie (Cimatti, 2020). Los seres humanos se caracterizan por vivir lingüísticamente.

Juego del lenguaje

Dicho lo anterior, es importante retomar otro concepto fundamental de este autor, el de juego del lenguaje para comprender a qué se refería con el lenguaje como forma de vida. Para Wittgenstein, el lenguaje es el campo común entre los pensamientos privados y el ser humano, por lo tanto, hay que considerar al juego del lenguaje como «el todo, que consiste en el lenguaje y las actividades en las que se entrelaza» (Wittgenstein, 1953 en Cimatti, 2020). La idea que procura transmitir Wittgenstein, es que el lenguaje no puede considerarse al margen del resto de la vida humana. El término, juego del lenguaje enfatiza que el lenguaje es parte de una actividad, de una práctica… de una forma de vida...

Forma de vida

Y estas formas de vida son, para los usuarios del lenguaje, las costumbres y las creencias; pues el lenguaje nos educa y nos es dado, i.e. las formas de vida nos son dadas a través del lenguaje. 

En breve, las formas de vida son el entramado social de prácticas que permiten hacer uso del lenguaje (juego del lenguaje) y dar significado de formas particulares para cada uso.

significado como forma de vida

Para entender el significado debemos conocer las prácticas, las actividades y los contextos donde se haga su uso; para comprender el uso, debemos estar educados en esas prácticas o actividades. Es decir, en el acto se crea el significado, ese es el juego del lenguaje: pues el lenguaje tiene normas y las funciones del lenguaje están normadas en las formas de vida colectivas. El significado de una palabra no es una entidad interna y psicológica sino su uso social, es el acto (corporizado) que realizamos utilizando esa palabra; entonces, por sí sola, una palabra es un sobre vacío de significado conceptual. Retomando las ideas de la cognición corporizada (corporeizada), todas las palabras están pensadas como herramientas corporales, como una forma particular de actuar en el mundo: el lenguaje se convierte en una forma de acción social: «imaginar un lenguaje significa imaginar una forma de vida» (Wittgenstein, 1953 en Cimatti, 2020).

Jean Luc Nancy

Considerando la noción de juego de lenguaje de Wittgenstein, y los principios del lenguaje corporizado, vamos a considerar la concepción de la presencia para el filósofo francés Jean Luc Nancy como un ejemplo de un juego de lenguaje.

El cuerpo

Comencemos antes con algunas nociones del cuerpo para este filósofo: “no tenemos un cuerpo, sino que somos un cuerpo” (Nancy, 2003 en Rocca, 2008). Para Nancy la única verdad es la evidencia sensible aquí y ahora de este cuerpo, de esta materia. También, el conocimiento del (y por medio del) cuerpo nunca es total y absoluto, sino modal y fragmentado. Lo que importa, sostiene, no es el todo orgánico, sino las partes constitutivas y sus posibles (en cuanto múltiples) relaciones. Pues cada parte tiene el mismo valor, y es un lugar de venida a la presencia del cuerpo, y por consecuencia del ser (Rocca, 2008). Con lo dicho hasta ahora puede advertirse que el cuerpo es multimodal (tal como las simulaciones de Barsalou), y que las partes que constituyen al cuerpo, se presentan y por consecuencia son, tienen una forma de vida corpórea (valga el concepto de Wittgenstein). Ahora, bien repasemos con más detalle la idea de la presencia.

La presencia

Para Nancy, la noción de presencia se aborda desde un contexto estético. La presencia es un hecho inmediato, un instante; no a algo que pueda ser cuantificado temporalmente. Es algo que deja huella, algo que nos toca. Tocar revela el aspecto de la corporalidad fundamental de la presencia, pues sus consecuencias son radicalmente físicas. ¿Qué es lo que toca? El cuerpo, no sólo físico, sino global, que somos cada uno; y tocándonos, nos interrumpe, pues no seremos el mismo antes y después de haber experimentado ese roce de la presencia. La presencia sería la llamada individual y absoluta que esta nos ofrece, a cada uno de sus testigos en un momento exacto. El instante, por decirlo, en el que “una pintura posa su boca sobre la nuestra, y dice «hola, adiós»” (Nancy, 2008 en Sánchez, 2015).

experiencia estética

En este sentido, el propósito de Nancy es recordarnos que establecer una relación con el arte no apropiadora es la única petición que se nos hace para poder gozar de su presencia. Pues el misterio siempre permanecerá y, en ese sentido, deberíamos asumir que jamás sabremos de un modo exacto por qué una obra nos desmorona el mundo o por qué nos hace llorar. Jamás conoceremos las causas, porque la experiencia estética está basada en la variable más absoluta: cada uno de nosotros. De modo que, haríamos bien en comprender que es mejor así y dejar que el arte nos siga sorprendiendo, con ese puente de la presencia que conecta cuerpo y obra. Porque ese es el regalo de la presencia, su imprevisibilidad, su capacidad de descubrirnos cosas de nosotros mismos que ni siquiera sabíamos. Porque, ¿acaso existe algo más íntimo y único que un beso? (Sánchez, 2015).

Lo anterior quiso demostrar que la experiencia estética es un juego de lenguaje, más aún, que es un acto corporizado, que, a pesar de ser efímero, deja huella. Que a pesar de que envuelve un misterio, la presencia nos hace descubrir cosas de nosotros que ni siquiera sabíamos. Ese, considero yo, es el significado más invaluable de todos, aquel que es impredecible, el que después de presentarse por primera vez, desaparece para siempre. Y aunque así sea, no desaparece modalmente, pues podemos re presentarlo y simularlo, revivirlo, por así decirlo. Es un juego del lenguaje porque al experimentar el arte, estamos adoptando nuevas formas de vida, nuevos actos de lenguaje y nuevos significados. 

En palabras de Nancy (2012): El ser humano no inventa el lenguaje como un ser que mira vagamente, sino como un ser que bajo la conglomeración de las fuerzas físicas busca afirmar su existencia (Labarthe y Nancy, 2012, p.450).

el Significado corporizado

¿Y hacia dónde se dirige el lenguaje con todo esto? Para la cognición corporizada, antes de poder crear y usar el lenguaje, ocurre la corporeización, porque es nuestra habitación corporal del mundo que da lugar a esa capacidad (Johnson 2018). Complementario a esto, mi esfuerzo en estos versos, como podrá notarse en la insistencia de la experiencia estética, es dirigir las humanidades al campo de la cognición corporizada o viceversa. 

Estas aproximaciones humanísticas al estudio de la corporeización pueden sugerir una perspectiva más rica para la cognición corporizada… necesitamos las humanidades porque necesitamos el lenguaje (Cook, 2018).

comprender

Porque el lenguaje es una forma de vida: comprender un lenguaje no requiere referirse a una psicología o semántica en particular, sino vivir de una determinada manera (Cimatti, 2020). 

Tal vez el propósito de Wittgenstein era dejar de lado la pregunta de qué es algo (el lenguaje, por ejemplo), para preguntarnos para qué se usa. Observar los significados en la vida cotidiana, y aprender los juegos del lenguaje con los que se usa. 

En otras palabras, no hay que intentar describir un mundo que es de hecho, sino comprenderlo, participar humanamente en él: embellecerlo de claridad (Fernández-Christlieb, 2010).

Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo Ludwig Wittgenstein

Lecturas Y VIDEOS

Barsalou, L. W. (2008). Grounded cognition. Annu. Rev. Psychol., 59, 617-645.

Garrat, P. (2016). Introduction: The Cognitive Humanities: Whence and Whither? En Garrat, P. (Ed.), The Cognitive Humanities: Embodied Mind in Literature and Culture, (pp. 1-15). Palgrave McMillan.

Sinding, M. (2016). From World to Worldview: An Energy Principle of Psychosocial Dynamics. En Garrat, P. (Ed.), The Cognitive Humanities: Embodied Mind in Literature and Culture, (pp. 133-150). Palgrave McMillan.

Wittgenstein, L. (2010). Philosophical investigations. John Wiley & Sons.


REFERENCIAS

Barsalou, L. W. (2020). Challenges and Opportunities for Grounding Cognition. Journal of Cognition, 3(1): 31, pp. 1–24. DOI: https://doi.org/10.5334/joc.116

Cimatti, F. (2020). Wittgenstein, language and embodied cognition. Rivista Italiana di Filosofia del Linguaggio.

Cook, A. (2018). 4E Cognition and the humanities. En Newen, A., De Bruin, L., & Gallagher, S. (Eds.), The Oxford handbook of 4E cognition, (pp. 875-890). Oxford University Press.

Fernández-Christlieb, P. (2010). El sueño de las multitudes.

Johnson, M. (2018). The embodiment of language. En Newen, A., De Bruin, L., & Gallagher, S. (Eds.), The Oxford handbook of 4E cognition, (pp. 623-639). Oxford University Press.

Kerkhofs, R., & Haselager, W. F. (2006). The embodiment of meaning. Manuscrito: Revista Internacional de Filosofia, 29(2), 753-764.

Labarthe, J. L., & Nancy, P. (2012). El absoluto literario. Teoría de la literatura del romanticismo alemán. Eterna Cadencia Editora.

Rocca, A. V. (2008). Las metáforas del cuerpo en la filosofía de Jean-Luc Nancy: nueva carne, cuerpo sin órganos y escatología de la enfermedad. Nómadas. Critical Journal of Social and Juridical Sciences, 18(2).

Sánchez V. C. (2015). De la presencia como lo irreductible en la experiencia estética. TALES. Revista de Filosofía, 5, 340-352.