Imaginación

"El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo." Gustavo A. Bécquer

Rebeca Garrido

Facultad de Psicología, UNAM

Julio 2021

Introducción

La existencia de pensamientos que pueden ser espontáneos o controlados, y que son capaces de trascender el tiempo, el lugar y/o las circunstancias, es uno de los fenómenos cognitivos que más ha centrado nuestra atención. Utilizamos la palabra imaginación para referirnos a la capacidad que desarrollamos en la infancia que nos permite planificar y anticipar el futuro, crear mundos ficticios y palabras sin significado, y trasladarnos mentalmente a otro tiempo, lugar y momento (Taylor, 2013).

¿Qué es la imaginación?

La imaginación es una maquinaria de procesamiento de información general, que nos permite reordenar el conocimiento previo, de modo que obtengamos un nuevo razonamiento, ya que esta juega con diversos elementos de la experiencia, misma que se construye a partir de las interacciones que tenemos con nuestro entorno y que se va complejizando tras las exposiciones repetidas al mismo (Zittoun, 2008 en Zittoun y Cerchia, 2013). Es apartir de lo anterior que diversas aproximaciones al estudio de la imaginación partan de plantear una ruptura entre la manera en la que nos relacionamos con la realidad y con otros, y el flujo del pensamiento (Zittoun y Cerchia, 2013).

Es usual atribuir connotaciones negativas a la imaginación cuando se usa de manera desmedida, ya que cuando esto ocurre se desvía la atención de alguna tarea, y se dice que la mente divaga (Antrobus, Singer y Greenberg, 1966; Klinger , 1971 en Taylor, 2013). Sin embargo, aún cuando se cree que el divagar implica un menor procesamiento de información externa, problemas de distracción o fallas en funciones ejecutivas, es en realidad un factor protector que nos salvaguarda un tren de pensamiento interno de las distracciones que puede haber en el exterior (Barron et al., 2011 en Taylor, 2013).

Imaginación y cognición situada

El estudio de la imaginación a través de la cognición situada, establece que, para poder crear un estado imaginativo, necesitamos tener un referente que podamos “manipular”. Los referentes se construyen y se complejizan a manera que interactuamos con ellos, porque en la interacción abstraemos los elementos sensoriales que los constituyen. Mediante la imaginación podemos explorar los distintos affordances o posibilidades de acción que tenemos sobre nuestros referentes, es aquí donde el contexto juega un papel indispensable. Las claves contextuales disparan procesos top-down que reactivan el conocimiento situado, para así otorgar posibilidades de acción, permitiendo la formación de simulaciones e inferencias al percibir un objeto (Barsalou, 2020)

Imaginación y percepción

Existe una fuerte relación entre la imaginación y la percepción, dado que siempre que estamos imaginando, también estamos percibiendo. Esta relación nos brinda el argumento más fuerte a favor de un enfoque cognitivo situado de la imaginación, ya que la imaginación depende de la retroalimentación perceptiva constante que es capaz de reactivar ciertos estados para poder interactuar con ellos (Jansen, 2017 en Jensen y Moran, 2013).

¿Es infinita?

La imaginación es efímera y temporalmente extensa, pues forma parte de un proceso constituido temporalmente (Van Dijk y Rietveld, 2020). El entorno material es el encargado de dar forma a nuestra imaginación, ya que esta puede ser reconstruida bajo distintos contextos, la imaginación y la cognición situada requieren únicamente de los detalles más relevantes, aquellos que tienen una relación directa con cosas que son inmediatamente sensibles, solo necesita conocer lo que ocurre en el ahora (Stein, 2007).

Conclusiones

Nuestra imaginación es capaz de trasladarnos a lugares donde podemos volar o tener características físicas extraordinarias, de modificar el tiempo y de pensar en escenarios que nos agradan, sin embargo, no podríamos hacerlo si no tuviéramos una experiencia corporal previa en un contexto. La imaginación es aquello que nos permite expandir la experiencia humana, que, de otro modo, sería un estado lleno de limitaciones. La necesitamos, porque necesitamos un lugar donde sea lo que no es, donde podamos explorar un sinfín de posibilidades con nuestro entorno físico y social.

Material complementario

Artículos y videos

Gfeller, F. y Zittoun, T. (2013). The Embodied Dimension of Imagination. Expanding the Loop Model. Integrative Psychological and Behavioral Science. https://doi.org/10.1007/s12124-020-09550-3

Thomas, N. Are Theories of Imagery Theories of Imagination? An Active Perception Approach to Conscious Mental Content. Cognitive Science, 23(2), 207-245.

referencias

Barsalou, L. (2020). Challenges and Opportunities for Grounding Cognition. Journal of Cognition, 3(1), 31. DOI: http://doi.org/10.5334/joc.116.

Jensen, R. y Moran, Dermot. (2013). The Phenomenology of Embodied Subjectivity. Contributions To Phenomenology. Springer. DOI 10.1007/978-3-319-01616-0.

Stein, A. (1994). Imagination and situated cognition. Journal of Experimental & Theoretical Artificial Intelligence, 6:4, 393-407, DOI: 10.1080/09528139408953795.

Taylor, M. (2013). Imagination. The Oxford Handbook of Developmental Psychology, 1: Body and Mind, 1-80. DOI: 10.1093/oxfordhb/9780199958450.013.0028.

Van Dijk, L. y Rietveld, E. (2020). Situated imagination. Phenomenology and the Cognitive Sciences. https://doi.org/10.1007/s11097-020-09701-2.

Zittoun, T. y Cerchia, F. (2013). Imagination as Expansion of Experience. Integrative Psychological and Behavioral Science, 47, 305-324. DOI: 10.1007/s12124-013- 9234-2.