A menudo las personas en la adultez media (de 40 a 60-65 años) se sienten seguros, estables y confiados, pues a pesar de que las capacidades físicas suelen verse un poco deterioradas, la experiencia adquirida y el conocimiento personal sobre su propia identidad les permite controlar y guiar su vida mejor que en cualquier otra etapa. Así mismo, las personas en esta etapa se caracterizan por conservar relaciones íntimas con su familia y amigos (a).

Para algunos (a) adultos (a) esta etapa implica un periodo de transiciones graduales tanto positivas como negativas relacionadas con el envejecimiento. Las personas se cuestionan la vida que han llevado. Por ejemplo, se preguntan si es que lograron cumplir todas sus metas, si es que han valido la pena, si desean cambiar algo o cumplir una nueva meta. Por un lado, las y los adultos pueden llegar a sentirse eficientes, competentes y en la cima de sus facultades o, por el contrario, les causa dolor examinar su vida. En este sentido, en esta etapa se puede sentir cierto temor a estancarse o perder oportunidades pero al mismo tiempo este temor puede impulsar a establecer nuevos objetivos.

Durante la adultez media se observan cambios como recordatorios del envejecimiento. Pueden existir por ejemplo un deterioro en las capacidades físicas, o cambios hormonales importantes. Dentro de estos cambios puede notarse una disminución de la capacidad visual y también en la auditiva principalmente. A la vez, los tiempos de reacción también se deterioran, junto con las habilidades motoras. Sin embargo, se ha reportado que la experiencia y la práctica pueden hacer que se mantengan estables estas habilidades en los adultos de esta etapa.

En las mujeres uno de los principales cambios es la menopausia, en donde se experimentan fuertes cambios hormonales que frenan la ovulación y la menstruación. La menopausia suele ir acompañada de ciertos síntomas y cambios físicos, tales como bochornos y osteoporosis. De la misma forma, se presentan cambios psicológicos, entre ellos se puede presentar depresión. Aquí es importante señalar que la mayoría de mujeres no reporta sentirse mal ante la menopausia y que sólo se experimentan pequeños cambios emocionales pero tolerables.

Respecto a la actividad sexual en esta etapa tiende a disminuir. Sin embargo, no por esto se deja de tener una vida sexual satisfactoria; más bien se redefine está sexualidad y se le suele dar mayor peso a otras expresiones físicas de amor y cariño, tales como los abrazos y las caricias.

El estrés es un factor importante en muchas de las enfermedades de la adultez media. El estrés suele surgir por sentimientos relacionados a cómo se perciben e interpretan en su vida personal y laboral. En este sentido, por una parte enfrentan estrés en los acontecimientos de la vida cotidiana y por otra, en el estrés producido por el hecho de llegar, redefinirse y ajustarse a la adultez tardía (vejez). Por lo tanto, también enfrentarán dificultades en la búsqueda de atención médica, que tendrá un impacto mayor en grupos de bajos recursos.

Tomando en cuenta lo anterior, aquí es importante mencionar que el estrés respecto a la atención médica incrementa si hay una tendencia a realizar conductas riesgosas y a tener hábitos poco saludables. De la misma forma, estas conductas y hábitos incrementan la probabilidad de que ocurra un suceso estresante según las circunstancias económicas, legales, o familiares del momento.

Si bien es cierto que la adultez se acompaña de envejecimiento y de un deterioro de la actividad cognoscitiva, se ha demostrado que algunas de ellas, continúan perfeccionándose en la edad madura. Dos buenos ejemplos son la inteligencia fluida y la inteligencia cristalizada.

La inteligencia fluida involucra las capacidades de de los procesos básicos, que aplicamos al nuevo aprendizaje. En cambio, la inteligencia cristalizada se logra con la educación formal y las experiencias de vida en general.

• Poner tu salud mental por encima de tus estudios es válido y a veces necesario (Anónima, 19 años).

• No todos van al mismo ritmo y aunque es algo que mucho se repite, no siempre lo aplicamos, pero así es, no todos van al mismo ritmo, ir al tuyo es importante siempre y cuando estés siguiendo lo que tú quieres (Anónima, 19 años)

• Disfrutar la vida, no todo es escuela y trabajo. Todo llega en el momento en que tiene que llegar (Anónimo, 21 años).

• Es mejor quedarse con la experiencia que con la duda. ¡Anímate a salir de tu zona de confort! Probablemente, el principio sea difícil, pero si lo haces poco a poco irás enfrentando miedos que traerán consigo un sinfín de oportunidades. Confía en el proceso (Anónima, 23 años).

• La vida a los 20 es un caos por la incesante presión de la gente, pero es una etapa de mucho aprendizaje y de primeras veces, de errores, de descubrimiento por lo cual no te preocupes o te apresures por vivirla (Anónimo, 29 años).

• No dejes al azar tu futuro, trabaja por lo que deseas tener en tu vida (Anónimo, 31 años).

• Una perspectiva de la vida es descubrir a qué venimos a este planeta, quizá nunca lo sabremos, pero si no dejas de intentar cosas nuevas, cada vez que puedas, quizá en esos descubrimientos está el secreto (Anónima, 46 años).

• El conocimiento sobre nosotros mismos es fundamental para la vida. Procura siempre los espacios y tiempos que te permitan conocerte más, casi todas las respuestas están en nosotros (Anónima, 50 años).

• Date el justo valor que mereces y no subestimes tus capacidades, confía en lo que sabes y en lo que eres (Anónima, 40 años).

• La felicidad no puede ser una variable constante, porque depende de muchos parámetros, a veces está arriba y a veces abajo, solo procura que la suma total de las amplitudes sea positiva (Anónimo, 47 años).

• Trata siempre de ver el cuadro completo, si cambias la perspectiva es probable que las cosas que parecían tan complicadas, en verdad no lo son tanto (Anónimo, 45 años).

• Deberíamos hacer lo que nos gusta en el momento que se presente, tomar responsabilidades cuando lleguen y aventurarse a realizar cosas nuevas sin pensar que uno no está preparado para eso. Jamás se está preparado para enfrentar la vida, así que tomémosla como viene y hay que disfrutarla asumiendo las consecuencias con orgullo y felicidad (Anónima, 52 años).

• No tengas prisa; mientras haya tiempo, hay vida (Anónima, 50 años).